Tan mal nos hemos portado con la naturaleza, tanto daño le hemos hecho al planeta para merecer esto o simplemente el ser humano quiere acabar con su propia especie, o esto que estamos viviendo hoy en día es un castigo divino por nuestras rebeliones o pecados, son muchas las preguntas que surgen frente a está pandemia, no sabemos cuál es la más acertada lo que si está confirmado es que estamos pagando un precio demasiado alto.
Nuestra realidad, nuestro día a día, nuestras vidas propias, se han visto gravemente golpeadas y azotadas por un ogro disfrazado de virus, un cruel adefesio que se ha introducido en los hogares para acabar con todo lo que encuentre a su paso, sin elegir edad, estrato social, raza o género. Acabando así con familias, economías, acabando con la paz y con la vida propia.
Cómo indicaba anteriormente nuestra realidad se ha visto afectada por éste virus, ha sido envuelta por el miedo y la desesperación, nunca más podremos salir a las calles con la libertad y seguridad con la que lo hacíamos antes, los domingos en familia disfrutando un rico helado en el parque, risas, aventuras y ratos agradables en el colegio con compañeros y maestros son cosas que no volverán a suceder o por lo menos no dentro de poco tiempo.
Pero esta claro que después de que despertemos de esta cruel pesadilla nos veremos más decididos a perseguir nuestros sueños, dejaremos de lado tantos peros y llevaremos a cabo todo lo que queremos y solo así podremos vivir nuestro momento.
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